Perdida de Audición Súbita ¿Como Evitarla?
La pérdida de Audición Sensorioneural Súbita (SSHL, por su sigla en inglés), o sordera súbita, es una pérdida rápida de la audición. Le puede ocurrir a una persona de un momento a otro o dentro de un período de hasta 3 días. Debe considerarse una emergencia médica. Una persona que la experimenta debe visitar un especialista de inmediato.
Este puede determinar si una persona ha experimentado a SSHL haciendo una prueba de audición normal. Si se descubre una pérdida de al menos 30 decibeles en tres frecuencias conectadas, se diagnostica como SSHL. Un decibel es una medida de sonido. Un nivel de 30 decibeles es la mitad del volumen de una conversación normal. Una frecuencia es otra manera de medir el sonido. Las frecuencias miden las ondas sonoras y ayudan a determinar lo que diferencia un sonido de otro.
La pérdida de audición afecta sólo un oído en 9 de cada 10 personas que experimentan SSHL. Muchas personas lo notan cuando se despiertan en la mañana. Otros lo notan cuando tratan de usar el oído ensordecido, como cuando hacen una llamada telefónica. Y otras personas notan un fuerte, alarmante "pop" precisamente antes de que la audición desaparezca. Las personas con SSHL experimentan mareos o zumbido en sus oídos (tinnitus) o ambos.
Algunos pacientes se recuperan completamente sin intervención médica durante los 3 primeros días. Esto se llama recuperación espontánea. Otros mejoran lentamente dentro de un período de 1 ó 2 semanas. Aunque hay buenas probabilidades de recuperar la audición, 15 por ciento de aquellos con SSHL experimentan una pérdida de audición que empeorará con el transcurso del tiempo.
La SSHL afecta a cualquier persona, pero por razones desconocidas sucede con mayor frecuencia en las personas entre 30 y 60 años de edad.
Causas / Diagnóstico
Aunque existen más de 100 causas posibles de sordera súbita, es difícil que una causa específica sea identificada de manera precisa. Sólo entre un 10 y un 15 por ciento de los pacientes con SSHL saben lo que causó su pérdida. Normalmente el diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente. Las causas posibles incluyen:
Enfermedades infecciosas.
Traumatismos, tales como un traumatismo craneoencefálico.
Crecimiento anormal de tejidos.
Enfermedades inmunológicas como, por ejemplo, el síndrome de Cogan.
Causas tóxicas, como las mordeduras de serpientes.
Medicamentos ototóxicos (que dañan el oído).
Problemas circulatorios.
Causas neurológicas como, por ejemplo, esclerosis múltiple.
Relación con otros trastornos como la enfermedad de Ménière.
Proyecto de Audición.
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